sábado, octubre 23, 2004

La sombra de un secuestro

La sombra de un secuestro es alargada, muy alargada. Es como cuando caminamos con el sol bajo y nuestra sombra se prolonga extendida, más allá de lo que nuestro cuerpo abarcaría si cayera al suelo, y nos deforma salvajamente cuando alcanza una pared en la que poder trepar para volver nuevamente a estirarse elásticamente cuando termina la pared. Al igual que con la sombra ocurre con el tiempo en el caso de un secuestro, está el tiempo del cuerpo o acción principal vivida por el secuestrado y está el tiempo de la sombra o acción condicionada de los familiares que sufren hasta llegar al desenlace.
 

Película para reflexionar sobre el instante que vivimos pero sin ninguna trascendencia filosófica, de la manera más natural y sencilla.