Cara de ángel

Un desquite sentimental fragua una película sublime, sobria en medios y ajustada en duración. Puede que no emocione, es fría, quizá distante, pero tiene un intenso pulso narrativo que convierte al espectador en un 'voyeur', en el morboso observador de la bajada a los infiernos de los dos protagonistas. Cine hipnóticamente negro que, en blanco y negro, se sale de la carretera tras esculpir el perfil de una mujer fatal y demostrar que música e imagen pueden hablar.
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