jueves, noviembre 25, 2004

Te doy mis ojos

La línea argumental se erige como la curva de mejor aproximación al numeroso conjunto de factores que delimitan el tormentoso entorno del maltrato conyugal. Los dos protagonistas, terríblemente creíbles, encarnan la tipología humana de las personas atrapadas en el inmenso espacio de los sentimientos encontrados y apenas delimitados por la delgada línea emocional que separa el amor del terror.
 

La película busca llenar de aire el vacío que parece mediar en la nada lejana galaxia de los maltratos para conseguir que los gritos de quienes allí se encuentran atrapados puedan ser oídos al otro lado de la puerta que delimita y aísla el domicilio familiar.

Cine planteado como documento de una cuestión social en la que, desgraciadamente, la realidad supera la ficción. De visión recomendada.