Alatriste

Arturo no concede piedad a sus personajes, Agustín no hace concesiones a la galería con sus imágenes, los actores no ofrecen fisuras, la ambientación cumple y la fotografía remata: Alatriste está impregnado del hado triste de lo perdido cuando estaba ganado, de lo dilapidado porque venía dado; agridulces circunstancias que acostumbran a darse en el campo de batalla, sea en la guerra, sea en el amor.
Cine bélico-romántico en un fresco histórico de escrupuloso verismo con imágenes y personajes que dibujan un retablo que requiere ser observado con detenimiento o insistencia. Alatriste, dos veces mejor que una.
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